¿Puedo vender mi casa y seguir viviendo gratis en ella? Sí, por sorprendente que parezca es posible gracias a la fórmula de la nuda propiedad, una opción que poco a poco va saliendo a la luz y captando más adeptos. Con ella, el vendedor recibe el dinero de la operación, pero también se reserva el derecho de permanecer en la casa. Esto es así porque el comprador no adquiere la posesión del inmueble de forma inmediata, sino que debe esperar hasta el fin del usufructo, ligado bien a una fecha concreta o bien al fallecimiento del vendedor. Nuestros profesionales de la inmobiliaria Durendesa® desgranan esta alternativa para vender tu casa en Mallorca e Ibiza.
Vivir en usufructo: derecho de uso
Cuando un interesado compra una vivienda adquiere lo que se llama pleno dominio, conformado por la nuda propiedad y el usufructo vitalicio. En el caso que nos ocupa, se vende únicamente la nuda propiedad (derecho de posesión), por lo que se puede seguir disfrutando del inmueble mientras se vive de su usufructo (derecho de uso). Por tanto, el nudo propietario o comprador no podrá usar el inmueble hasta la extinción de dicho usufructo. Eso sí, queda claro que tiene derecho a recuperar la vivienda en buen estado.
La principal ventaja para el usufructuario es que recibe una compensación económica inmediata, sin tener que abandonar la vivienda. Es más, recibe íntegramente la cuantía estipulada en el momento de la venta, si bien el precio de la parte de nuda propiedad es menor que el del dominio. Además, los gastos pasan a compartirse, por lo que el vendedor pasar a asumir solo los relativos a sus consumos diarios como el agua, la luz o el gas. Otros desembolsos como el IBI, las reparaciones o las derramas extraordinarias saldrán del bolsillo del comprador desde el momento en que la operación se hace efectiva.
Por otra parte, si el vendedor decide no seguir residiendo en el lugar puede optar por alquilar la vivienda en Mallorca o Ibiza en cuyo caso cobraría la totalidad del arrendamiento. Además, también puede decidir vender el usufructo, lo que le supondría acceder a un nuevo ingreso. En ambos casos, los acuerdos finalizan con la muerte del usufructuario original.
Entre los principales perfiles que optan por esta fórmula, destacan las personas sin descendencia, los jubilados que quieren vivir desahogadamente o los mayores que buscan fórmulas para asegurar el bienestar de sus hijos. Sea como sea, cabe destacar que la nuda propiedad cuenta con todas las garantías legales necesarias, ya que el acuerdo entre ambas partes se cierra ante notario y queda debidamente registrado.