El uso adecuado de las zonas comunes de una comunidad de vecinos no es pocas veces fuente de conflicto. A grandes rasgos, estos problemas se plantean entorno a espacios que no son privativos y que engloban desde la localización de elementos centralizados (como el cuarto de contadores o cuarto de basuras) hasta los lugares de paso para acceder a la vivienda (zaguanes, rellanos, escaleras…) o las áreas de ocio (como los jardines, las piscinas o las terrazas comunitarias).
¿Puedo dejar la bici en el relleno? ¿ Aparcar el carrito de bebé debajo de la escalera? ¿Organizar una fiesta en el jardín comunitario? La respuesta la encontramos en la Ley de Propiedad Horizontal, que establece que cualquier vecino tiene derecho a disfrutar las de las zonas comunes si no invade el espacio o perjudica a los demás propietarios en el uso de otros elementos comunes de la finca. Pero ojo, las regulaciones establecidas por cada comunidad también son determinantes para prohibir o no estas acciones.
Uso de zonas comunes: propietarios, inquilinos y vecinos morosos
La utilización de las zonas comunes es un derecho de todos los vecinos, ya sean dueños o inquilinos de una vivienda. Cualquier residente puede, por tanto, disfrutar de una zona común conforme a la naturaleza de la misma y siempre y cuando no cause perjuicios o impida su uso al resto de residentes:
- Usar la piscina dentro del horario establecido, pero no organizar una fiesta
- Utilizar el portal de la finca para entrar y salir de la vivienda, pero no para dejar la bicicleta, el patinete eléctrico, etc.
Incluso los vecinos morosos pueden seguir usando las áreas comunes, a no ser que los estatutos de la comunidad recojan lo contrario para estos casos.
Para evitar conflictos vecinales, es aconsejable contar con un Reglamento de Régimen Interior que incluya la normativa de uso de las zonas y elementos comunes del edificio. Este documento sirve para complementar los Estatutos de la Comunidad, determinar todo lo relativo a la misma y los asuntos acordados en junta. Como, por ejemplo, restringir a personas ajenas el acceso a la piscina, el jardín o a cualquier otra zona común (estas prohibiciones no están expresamente recogidas ni en la Ley de Propiedad Horizontal ni el Código Civil). Ahora bien, en ningún caso es posible negar el acceso al edificio a aquellos profesionales que deban realizar tareas de instalación, reparación o mantenimiento, ya sea en las zonas comunes de la finca o en las viviendas de los particulares.
Por tanto, actividades como jugar a la pelota en las zonas comunes, invitar a amigos a la piscina o a las zonas deportivas, pasear a las mascotas por las áreas comunes de la finca… pueden estar prohibidas o no, según quede determinado en los estatutos y en el Reglamento Interno de la Comunidad.
Según precisan nuestros profesionales, las zonas comunes son de propiedad y responsabilidad compartida entre todos los propietarios. Por tanto, es importante hacer un uso adecuado de las mismas, respetando las normas de convivencia y las regulaciones establecidas por la comunidad. Este uso adecuado favorece la convivencia pacífica entre vecinos, la conservación de las zonas comunes, la seguridad en las áreas compartidas y la valorización de las propiedades dentro de la comunidad.
Vecino que no respeta el uso de las zonas comunes
De manera general, se entiende que son los vecinos los que deben solucionar cualquier conflicto vecinal o cuestión relacionada con la comunidad. El presidente de la finca, ya sea por iniciativa propia o a instancia de cualquier otro propietario, puede requerir el cese de todas aquellas actividades que incumplen las normas recogidas en los Estatutos de la Comunidad o en el Reglamento de Régimen interno. Si un vecino utiliza las zonas comunes de una manera no permitida – y no cesa en su actitud- puede ser denunciado por la comunidad de vecinos.
Además de las diputas por el uso de las áreas comunes, otros conflictos habituales entre vecinos derivan de ruidos excesivos, problemas relacionados con mascotas, desacuerdos sobre el mantenimiento de ciertas zonas, las reformas, el estacionamiento en el parking sin permiso, las preocupaciones sobre la seguridad, etc.