Si estás pensando en poner a la venta tu casa en Mallorca o hace tiempo que has emprendido este camino sin llegar todavía a buen puerto, quizás necesites hacer una parada y analizar bien tu estrategia. Lo primero que debes tener en cuenta es que la rapidez de la venta depende tanto de los aciertos como de las equivocaciones. En una parte de la balanza, encontramos técnicas que aceleran el proceso de venta como el Home Staging y su gusto por crear un ambiente agradable, equilibrado y limpio en la casa. En la otra, una serie de errores en la venta de una vivienda que bien dilatan la operación, bien la saldan por debajo de las expectativas. Hoy nuestros profesionales de la inmobiliaria en Mallorca e Ibiza Durendesa® repasan cuáles son los desaciertos más comunes a la hora de vender una vivienda en Baleares.
Si hay un fallo que lidera por encima de todos los demás es el que tiene que ver con el dinero. La objetividad es la mejor herramienta para combatirlo. El sentimiento que nos despierta nuestro antiguo hogar hace que fijemos un precio equivocado, muchas veces sobrevalorado por la esperada negociación que intuimos vamos a llevar a cabo con los interesados. Con un precio demasiado elevado solemos retrasar la transacción, hasta que finalmente nos vemos obligados a ajustarnos a la realidad del mercado inmobiliario en Baleares. Claramente, el miedo a salir perdiendo cuando marcamos una cantidad nos lleva a cometer este fallo, que podemos evitar con acciones como valorar el precio de la competencia, la ubicación del inmueble, la antigüedad, las prestaciones, la orientación etc. Si no nos movemos en la franja adecuada, estamos realmente haciéndole un favor a otras viviendas en venta en similares condiciones en la zona.
Ligado con este fallo se encuentra el de desestimar por sistema las ofertas pensando en que llegará el comprador de nuestros sueños o que seguro que recibiremos una propuesta inmejorable. Se trata de ser competitivos, pero dentro de una realidad, y no cerrar los ojos a ofertas justas. Eso sí, no significa que no seas cuidadoso en la elección del comprador. Hay casos en los que la venta se ha aparcado tras llegar a un supuesto acuerdo, sin que finalmente la operación se materializara por cuestiones como no llegar el interesado a un acuerdo con su banco. Por tanto, evita el error de quitar el cartel de venta o dejar de enseñarlo si no tienes la certeza de que la venta se presentará ante notario.
Otros desaciertos pueden venir ligados al desconocimiento del propio mercado inmobiliario. Es el caso de los documentos necesarios para la venta, que de no tenerlos pueden inducir al interesado a desconfiar del trámite. Ocurre por ejemplo cuando no se dispone del Certificado de Eficiencia Energética, indispensable para realizar la operación.
En este sentido, un error frecuente es no considerar que la venta de una vivienda implica conocer una serie de reglas y normativas. Si no estamos acostumbrados a movernos en este terreno, no elegir a un profesional del sector inmobiliario puede acabar pasándonos factura. Confiar en un agente inmobiliario ayuda a cerrar la negociación al mejor precio posible, aporta mayor seguridad en las operaciones y permite un importante ahorro de tiempo en la gestión, entre otras muchas ventajas.
Si decíamos que una forma de vender más rápido es cuidar la propia casa, está claro que mostrarla en mal estado no va a jugar a nuestro favor. Algunas acciones como deshacerse de muebles viejos, retirar los elementos demasiado personales como fotografías (dificultan que el comprador se imagine viviendo en la casa), darle una capa de pintura, arreglar algún desperfecto notable, mostrarla limpia y ordenada… ayudan a crear una imagen más apetecible del hogar. Esto se consigue también cuando se potencian sus puntos fuertes: orientación, luminosidad, cercanía de servicios…