Los beneficios de la meditación y de la relajación en casa son innegables. Frente a un día a día que nos come, esta práctica se convierte en nuestra gran aliada para, entre otras cosas, aliviar nuestro estrés, mejorar nuestra salud emocional y, en definitiva, hacernos sentir más felices. Pero esta actividad no responde por igual a cualquier lugar y momento. Sacarle el máximo partido requiere de un espacio de meditación en casa apropiado, que básicamente nos permita canalizar nuestros sentimientos y nuestras emociones. Un lugar que nuestro cerebro asocie con la relajación y que, en consecuencia, nos ayude a sumirnos en la tranquilidad y en la paz deseada.
Pero, ¿cómo hacer un espacio de meditación en casa? ¿Qué debe tener y qué debe evitar? Nuestros profesionales de la inmobiliaria en Baleares Durendesa®, expertos en brindarte la casa de tus sueños en Mallorca e Ibiza, te dan todas las claves para conseguir el mejor rincón de meditación en el hogar.
Ideas para lograr un rincón de relajación en el hogar
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no es necesario disponer de una habitación entera para meditar. Puede ser suficiente habilitar un rincón para conseguir concentrarse y relajarse de verdad. Eso sí, hay una serie de premisas que no pueden perderse de vista, como encontrar un lugar calmado de la casa, cuidar el ambiente y deshacerse de todo aquello que resulte una distracción. Con esto en mente, es fácil dar con un espacio sereno y acogedor en el hogar, independientemente de su tamaño, para lograr sentirse más tranquilo y relajado.
Para ir más allá y convertir todo tu hogar en un templo continuo de felicidad, recurre al estilo hygge y a sus principios esenciales: la relajación por encima de todo, el protagonismo de la luz natural, el uso de los colores serenos y la presencia de notas naturales en casa.
Un espacio de meditación que trasmita buenas vibraciones
La ubicación del rincón para meditar es más que fundamental. No hay duda de que es imposible relajarse si no nos sentimos a gusto en un lugar. Siguiendo esta consideración, el dormitorio, una habitación tranquila o una sala de estar, por ejemplo, suelen resultar buenos espacios de meditación en casa.
Sea como sea, elige o delimita un rincón destinado únicamente a esta actividad y que, en todo caso, resulte tranquilo, esté alejado de ruidos y tenga nulo o escaso tránsito (comedores, pasillos…). En caso contrario, es fácil distraerse del objetivo principal y dejar pasar las oportunidades de la relajación.
Por otra parte, si tienes una ventana cerca mejor: el aire fresco, la sensación de espacio abierto… ayuda siempre a que la práctica sea más placentera.
Un lugar para meditar limpio y ordenado
Una zona de meditación limpia y ordenada es fundamental para practicar cualquier actividad que ayude a relajarse, ya sea yoga, pilates…. Este contexto es el gran aliado de la calma, de la paz y del orden; imprescindibles para lograr el ambiente buscado.
Más allá del aseo y de la pulcritud del rincón escogido, se debe cuidar la limpieza visual y eliminar todo aquello que no aporte al espacio de meditación (cuánto más área libre tengamos mejor). Para ello, resulta de gran ayuda dejar fuera de la zona cualquier punto de distracción y mantener únicamente los elementos útiles para la actividad o aquellos que, simplemente, nos hacen sentir bien.
Si no disponemos de un lugar fijo para la meditación, conviene contar con una cesta o con una caja que nos permita guardar todo lo que necesitamos para ejercer la práctica (velas, cojines, mantas…).
Una decoración sin distracciones y con colores suaves para meditar
Sin duda alguna, los claros y los suaves son los tonos más propicios para el espacio de meditación en casa, dado que invitan de por sí a la calma. Aunque las tonalidades blancas y beige son ideales en estos ambientes, los colores pastel son también aliados valiosos en los espacios para meditar. En cualquier caso, es aconsejable obviar los tonos más brillantes, ya que estimulan la activación cerebral y no la calma.
Por otra parte, se pueden introducir accesorios, espejos, vinilos, fotografías, elementos relajantes, cojines, cuadros con frases que inviten a la calma, imágenes que transmitan paz interior… siempre y cuando no supongan un estorbo a la vista y, sobre todo, una distracción.
La ambientación y los olores del espacio de relajación
La ambientación tiene un fuerte impacto a la hora de ayudarnos a conseguir el estado ansiado. La música relajante, los sonidos suaves, los guiños a la naturaleza (fuente de agua, plantas…), las esencias, los aromas… son el trasfondo perfecto para conectar con los sentimientos y los pensamientos. Es el caso de los aceites esenciales de las plantas (la lavanda, la menta, la manzanilla…), que calman el cuerpo y la mente, y de los inciensos naturales, que inducen a la relajación mental.
La luz natural también es clave en la consecución de este entorno. Si no es posible, una solución exitosa es jugar con la iluminación hasta lograr un ambiente relajante y acogedor.
La tecnología sin cabida en el rincón de meditación
Si la tranquilidad y la paz deben imperar en un espacio de meditación, entonces la electrónica en general (excepto el reproductor de música con mantras, sonidos de la naturaleza, cuencos tibetanos… por su papel como potenciador de la relajación) debe quedar al margen. Es decir, no tiene cabida toda aquella tecnología que puede romper un ambiente armonioso: móviles, teléfonos, ordenadores, televisores…