Llevamos ya un par de meses disfrutando de las playas, las piscinas y las terrazas, pero también viendo cómo se ha disparado el aire acondicionado en casa para hacer frente a las temperaturas estivales en Mallorca e Ibiza. A estas alturas, aún nos queda una buena temporada para seguir echando mano de estos aparatos y ventiladores y, en consecuencia, para seguir lidiando con el calor y con el aumento del consumo eléctrico. La buena noticia es que todavía estamos a tiempo de climatizar nuestro hogar sin aumentar la factura y gozar así de una agradable temperatura interior con menos gasto.
La manera más adecuada es poner en marcha desde ya una serie de acciones sencillas que van a reflejarse en el recibo de la luz. Algo tan fácil como ventilar adecuadamente nuestro hogar nos ayudará, por ejemplo, a que la casa no sea un auténtico hervidero. Para ello, debemos ventilar el inmueble en las horas con temperaturas más bajas y evitar a toda costa abrir las ventanas cuando el calor más aprieta. En cuanto caiga el sol, haremos la acción contraria: abrir las ventanas para que haya corriente y se renueve el aire en el interior. Esta medida es especialmente efectiva cuando queremos vender una casa en Mallorca o Ibiza en los meses estivales. En este caso, según nuestros profesionales de Durendesa®, hay que evitar enseñar el inmueble en los periodos centrales de calor y ventilar la noche antes para garantizar una temperatura óptima en el momento de la visita.
En esta misma línea, no debemos descuidar el uso de las cortinas, toldos y persianas para resguardar las habitaciones y, si es posible, contar con ventanas de doble acristalamiento para conseguir aislar el calor. Se pueden utilizar también humificadores para reducir la sensación motivada por las altas temperaturas externas.
Otro factor para protegerse del calor en casa pasa por minimizar el uso de los electrodomésticos y de las luces, lo que implica limitar su utilización en la medida de lo razonable. Por ejemplo, tender la ropa al aire libre en vez de enchufar la secadora, cocinar con la puerta cerrada, no abusar del horno o no encender o dejar las luces encendidas sino hay una verdadera necesidad. Lo mismo ocurre con el agua caliente, sobre todo en aquellos hogares con instalaciones más antiguas, responsables de que las tuberías desprendan un calor que acaba repercutiendo en el ambiente.
La ropa y la decoración también son claves para hacer frente al calor en casa. En este sentido, es aconsejable usar prendas más ligeras y materiales como fibras naturales para lograr que una sensación corporal y térmica más placentera. Un objetivo que se consigue igualmente apostando por colores claros e, incluso, a través de la propia distribución del mobiliario (los sofás, las mesas… no deben impedir la entrada y la circulación de aire fresco en la horas con temperaturas más bajas).
Sigue estas medidas para conseguir vivir un verano más fresco en tu hogar y lograrás evitar que los grados acaben repercutiendo seriamente en tu factura.