La luz natural y artificial aporta a nuestras viviendas una calidez innegable, requerida sobre todo en esta época del año para contrarrestar la mayor falta de luminosidad en el hogar y crear un ambiente acogedor, ahora que el tiempo nos obliga a quedarnos más en casa. Cuando compramos o alquilamos una vivienda en Baleares no siempre valoramos bien este aspecto y acabamos encontrándonos con un inmueble con habitaciones más oscuras de lo esperado.
Sí, está claro que nos enfrentamos a días más cortos y más tristes, pero no por ello tenemos que renunciar a una buena luz natural y artificial en la nueva casa. Nuestros profesionales de la inmobiliaria en Mallorca e Ibiza te aconsejan sobre cómo tener una casa más luminosa para que puedas disfrutar del encanto que aporta la luz al hogar también en otoño e invierno.
La luz natural da vida, mejora nuestro estado de ánimo y nos hace sentir mucho más felices y optimistas, según apuntan varios estudios. Por eso, debe ser nuestro mayor aliado también en casa. La mejor forma de hacerlo es aprovechar hasta el último rayo de luz, facilitándole su acceso a la estancia y eliminando todo aquello que actúe como un obstáculo. Una opción para una casa más luminosa puede venir de la redistribución del mobiliario. No coloques delante de las ventanas grandes muebles, objetos voluminosos, plantas frondosas… o al menos ubica este tipo de elementos lo más pegado posible a las paredes. Ten en cuenta que el mobiliario bajo o minimalista facilita la entrada de la luz por la ventana y su mejor reparto por los distintos rincones de la estancia.
En la medida de lo posible, apuesta por el blanco para combatir los ambientes más apagados: en techos, paredes, mobiliario, revestimientos… Este color es capaz de reflejar hasta un 80% la luz recibida. Otros tonos como los grises, azules y arenas (todos ellos claros) aportan también luminosidad y amplitud a cualquier habitación. Vestir las ventanas con cortinas ligeras y vaporosas contribuye también a su paso, al contrario de lo que consiguen los tejidos oscuros y gruesos.
Por supuesto, no olvides los espejos. Estos elementos tan comunes y sencillos ayudan a crear focos de luz, sobre todo si son de gran tamaño y si se colocan frente a las ventanas (permiten que la luz se refleje y rebote en el espacio). Las superficies brillantes y el vidrio también te echan una mano para obtener una casa más luminosa en Mallorca e Ibiza.
Si la vivienda es interior y, por tanto, cuenta por sí misma con poca luz, no puedes perder de vista la iluminación artificial. No significa que debas llenar de lámparas todas las estancias, lo que supondría un efecto de sobrecarga poco acogedor. En este sentido, debes centrarte en su adecuada colocación y en su intensidad lumínica (demasiada potencia puede producir el efecto contrario). La clave está en buscar un resultado armónico en el que apenas sea perceptible la iluminación en el cuarto (los apliques ocultos son muy útiles). Las lámparas de techo, por ejemplo, son ideales para buscar desde arriba la iluminación en estancias amplias. Las lámparas de pie para zonas de lecturas y los flexos para habitaciones de estudio, mesillas de noche y auxiliares. Estudia tus necesidades para elegir bien el lugar adecuado para cada foco de luz artificial.
Otros trucos de los que también puedes valerte para una casa más luminosa, si bien más costosos, son tirar los tabiques, separar los espacios con celosías, eliminar los pasillos etc. En definitiva, busca aquellas medidas que te ayuden a favorecer al máximo la circulación de la luz en el hogar. Notarás el cambio rápidamente.
