Acaba el verano y volvemos a pasar largas temporadas en casa. Se vislumbra el cambio de estación y, con ello, la modificación de las costumbres y hábitos. Nos guste o no los días empiezan a ser más cortos, las temperaturas bajan y la rutina empieza a instaurarse. Reconciliarse con esta situación tras largos días de asueto no siempre resulta sencillo. Nos agobia volver a vernos entre cuatro paredes y mejorar la relación con nuestra casa se torna casi una obligación para sentirnos a gusto nuevamente en ella.
Toca tomar medidas. El desánimo típico de este cambio de estación no puede empañar la que hasta el momento ha sido la casa de tus sueños en Mallorca, Ibiza o en el rincón escogido. ¿Cómo volver a sentirse feliz en casa? Nuestros asesores inmobiliarios en Baleares te dan todas las claves para que tu casa sea tu templo en cualquier época del año.
Claves para sentirse a gusto en casa
El hogar puede ser más que nuestro principal refugio: puede convertirse en el lugar por excelencia para desconectar y sentirse alegre y relajado. Por eso, ahora que con casi total seguridad pasaremos más horas en casa, es momento de introducir pequeños cambios para que nuestro ánimo se mantenga bien arriba y volvamos a sentirnos felices en casa.
Más allá de recurrir al Feng Shui en la decoración de la vivienda o de utilizar trucos para mantener limpia y ordenada la casa sin esfuerzo (métodos como el de Marie Kondo, el Cleanfulness -mindfulness + orden-, etc.), los siguientes consejos te ayudarán a mejorar la relación con la casa este otoño.
La influencia de los colores de la casa en las emociones
Los colores desempeñan un papel fundamental en nuestro estado de ánimo. Estar rodeados en casa (o en cualquier lugar) de unas tonalidades u otras influye claramente en que tengamos una actitud más positiva o negativa.
Por eso, el color de los muebles, de las paredes, de los accesorios… debe ser elegido con esmero y no solo como puro trámite.:
- Los colores cálidos (rojos, naranjas y amarillos) son los más recomendables por potenciar el bienestar, pero en exceso o demasiado estridentes pueden producir el efecto contrario (irritabilidad).
- Los tonos fríos (verdes, azules, morados) pueden ayudar a relajar el ambiente pero también sumirnos en la tristeza si no se utilizan correctamente.
Escoger bien los colores para tu casa -por ejemplo el tono de las paredes- es clave para hacerte sentir bien, pero también para trasmitirte energía o tranquilidad, según tus necesidades en cada estancia. Color lavanda para el dormitorio (relajación), verde para el salón (efecto desestresante), azul para la habitación de estudio (serenidad)… destacan entre las opciones que mejor funcionan en este sentido.
Sea como sea, no hace falta hacer grandes cambios (tonos de paredes, de mobiliario…) para mejorar la relación con la casa. A veces es suficiente centrarse en los colores de los accesorios, las cortinas o los complementos en general para lograr la sensación deseada.
El efecto de la luz natural en el estado de ánimo
Numerosos estudios lo corroboran: la iluminación natural nos hace sentir más felices y optimistas. De ahí que sea uno de nuestros mejores aliados cuando buscamos mejorar la relación con la casa y nuestro estado de ánimo. En este sentido, el mejor recurso es siempre aprovecharla al máximo, facilitando que la luz entre libremente en las estancias sin topar con ningún obstáculo:
- Quitar objetos grandes y plantas frondosas de delante de las ventanas
- Apostar por mobiliario minimalista o muebles bajos para facilitar la entrada de luz por las ventanas
- Recurrir al color blanco en techos, paredes, mobiliario…
- Otros tonos recomendados para aportar luminosidad: azules, grises y arenas (todos en tonalidades claras)
- Cambiar las cortinas oscuras y gruesas por cortinas ligeras y vaporosas
- Colocar espejos frente a las ventanas
- Usar elementos de vidrio en la decoración
Limpieza y orden para sentirnos más a gusto y ahorrar tiempo
La limpieza y el orden en el hogar son fundamentales para mejorar la relación con la casa. No solo para facilitarnos la vida cotidiana, sino también para hacernos sentir más tranquilos y ayudarnos a disfrutar en armonía de los distintos espacios. Una casa limpia y ordenada ahorra tiempo (dejamos de perder el tiempo buscando donde hemos metido las cosas) y evita que nos pongamos de peor humor cuando llegamos a casa después de una jornada dura de trabajo.
Así que no importa cuál sea el estilo escogido (decoración nórdica, industrial, vintage, oriental, rústica, bohemia…). En cualquier caso, el orden y la limpieza van a ser nuestros grandes aliados para sentirnos a gusto en el hogar y huir del estrés y de la infelicidad.
Para conseguirlo, encontramos métodos para todos los gustos. Pero eso sí, todos pivotan sobre los mismos imprescindibles: ser constante, no acumular cosas inservibles y contar con accesorios de orden como bolsas, cajas o cestas.
Plantas y fragancias para crear un ambiente y agradable
Las plantas y las flores dan vida a las habitaciones, purifican el ambiente y aportan frescura y sensaciones a través de sus aromas. No hay excusas: existen ejemplares para todos los gustos y capacidades (plantas que necesitan más o menos cuidados) y una gran cantidad de opciones para ambientar la casa (ambientadores, velas perfumadas, aceites esenciales, barritas aromáticas….). Jazmín para dar fuerza, lavanda para relajar, canela para aumentar el optimismo, sándalo para la meditación y un largo etcétera.
Independientemente del estilo que impere en casa, las plantas, las flores y las fragancias nos hacen sentir de mejor humor e, incluso resultan claves para disminuir la ansiedad y potenciar la creatividad, según algunos estudios. Por eso, son también claves para mejorar la relación con la casa.
La ventilación de la casa es también un aspecto esencial para conseguir olores agradables en casa y al mismo tiempo higienizar el ambiente.
Personalizar las estancias para crear nuestro banco de felicidad
Fotografías, recuerdos de viajes, recortes, entradas de conciertos… todo aquello que nos evoca una imagen agradable y nos hace esbozar una sonrisa es fundamental para mejorar la relación con la casa. Además de servir para añadir un toque propio a las estancias, son recuerdos de nuestra felicidad que siempre nos van a animar. Por eso, es interesante colocarlos en lugares o zonas que nos resulten diariamente visibles.
Del mismo modo, es conveniente eliminar de nuestra vista todo aquello que nos provoca el efecto contrario y nos sume en la tristeza con solo mirarlo.
Finalmente, no está de más crear un rincón especial en casa para nuestras actividades preferidas: leer, pintar, escuchar música, bailar… Pasar segundos, minutos u horas en él siempre nos recargará las pilas y nos ayudará a mejorar la relación con la casa.